1. Si usas un palillo en un restaurante para quitarte las
pellastras de entre los dientes, no te pongas la mano delante como si
fueras del CNI hablando por un micro en plan “güeyko, güeyko…ha
entrado un sospechoso, corto, güeyko, güeyko…”. Te crees que es
fino y no señorita.
2. No pidas nunca un bocadillo de “jeimon”, o una ración de
“leicon”…lo de decir beicon al bacón es una excepción.
3. Cuando veas un pastor alemán no te pongas a gritar “¡ anda,
mira, un perro lobo, un perro lobo!”. La gente comprobará que no
tienes ni puta idea de Cinología.
4. Si un ser humano persona cuerpo hombre te pone un pimiento en
el morrón, ¡ándate con ojo!: son tíos que piensan que cuando le
pones a una chica un pimiento en el morrón, unas pican y otras no. Y
a lo mejor tú eres de las que pican. No piques.
5. Cuando haya un tormentón con rayos y truenos y derrepenete uno
suene muy fuerte no te pongas a contar con los dedos y grites eso de
“ ¡¡¡HALAAAAAA, QUÉ CERCA HA CAÍDO ÉSEEEEEEE!!!”. Es muy
típico.
6. No digas nunca “ es que soy un poco bruja”, o “tengo algo
de bruja”, o “ a veces me siento una bruja”…más que nada
porque lo decís todas y está muy oído eso de “ ¡lo sabía: es
que soy algo bruja!”. No te hagas la chulita.
7. Cuando te hagas una foto con dos amigas más no grites “¡¡¡LOS
ÁNGELES DE CHARLYYYYYYYYY!!!”.Un poco de originalidad, porfa.
8. Nunca hables de tu signo del zodíaco. “ Yo soy Aries. Ya
sabes: luchadora, tenaz, constante, fiel…y tú, ¿qué eres?. ¡Por favor!.
9. Si vas en el coche con tus amigas y pasas al lado de un
ciclista no saques la cabeza y te pongas a gritar “¡INDURAIN,
INDURAIN, INDURAIN!”. Ta mú visto.
10. Cuando vayas a Misa los domingos no des la paz más que a los
dos que tienes al lado. Si te pones a ir por todo el banco, más la
bancada de atrás, más la bancada de delante, es seguro que eres la
más tonta del Templo. Es una ley que conocen muy bien los
sacerdotes: aquel que más manos balancea en la paz, más tonto es. Y
si ya vas y te subes al altar a darle un abrazo al cura, entonces,
eres ni te cuento .
Estimado Oto, no quisiera precipitarme, pero tengo entendido que, técnicamente, tampoco vale eso de «Yo es que, o sea, de pequeña y tal siempre jugaba más con los niños que con las niñas, ¿sabes? Quidicir, me subía, o sea, a los árboles; tenía más cardenales que un cónclave y tal…». Pero no estoy seguro, que conste.
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