SEÑOR MEMBRIBE

lunes, 24 de marzo de 2014

UNA SEGUNDA LUNA DE MIEL.

Me contó la anécdota el comisario Jota Punto Warrendor cuando hacía el servicio en la aduana del Aeropuerto "Aeropuerto Aeropuerto", en la ciudad de Aeropuerto.
En la escala que hicimos para arreglar un pinchazo que me había  provocado en el glúteo derecho la insignia - corchete del pin de la gorra del capitán Tralarala, Warrendor me hizo compañía mientras apretaba con su dedo la nalga herida, para que se solidificara la goma arábiga.

Una anciana pareja estaba celebrando su 75 aniversario de boda. Habían decidido volver al pequeño pueblo donde se conocieron por primera vez. Se sentaron en el pequeño café del pueblo y comenzaron a hablarle al camarero de su mutuo amor y de cómo se habían conocido en ese mismo sitio hace ya tantos años.

Sentado junto a ellos estaba el comisario Warrendor , que sonreía mientras hablaban. Cuando el camarero se marchó el viejecito le dijo a su mujer cogiéndole la mano con acento de Martorell: " ¿Qué no te recuerdas de la primera vez que hicimos el amor, cielito, oi ?... fue sobre ese prado que está al otro lado de la carretera, cuando te puse contra la valla, dalló més bó, qué no te recuerdas?.

- Escolta,… ¿por qué no lo hacemos otra vez por los viejos tiempos?".

La mujer asintió como loca y dijo: " Es clar, ¿ per qué no?...¡a cardar!".

Salieron del café y cruzaron hasta el prado dando saltitos de alborozo . Warrendor se sonrió, pensando què romántico era, y pensó que lo mejor era que le echase un vistazo a la pareja, por si acaso se hacían daño.

La vieja pareja cruzaba el prado, y según se iban acercando a la valla, comenzaron a desvestirse.

El viejecito cogió a su mujer y la apoyó contra la valla como si fuera un petálico de rosa. El policía, que seguía mirando, no podía creer lo que veía…Con la vitalidad de una jovencita, la mujer se movía violentamente de arriba abajo con giros de cabeza como un anuncio de Sunsilk ,y unos gemidos que aún hoy se escuchan en las noches de luna llena en la comarca, mientras,  el marido se convulsionaba como un potro salvaje dando unos alaridos indescriptibles. Siguieron durante un buen rato,pimpam, pimpam, hasta que los dos cayeron al suelo exhaustos.

Poco a poco se fueron levantando y comenzaron a vestirse. Mientras estaban cruzando la carretera Warrendor se acercó y les dijo: "Ha sido la forma de hacer el amor más bonita , indómita, asilvestrada, montaraz, bravía y fiera que he visto en mi vida. ¡Caramba, y llevan 75 años casados! :debieron ser una pareja muy salvaje cuando eran jóvenes".

"No crea" dijo el viejecito, " cuando nosotros éramos jóvenes, esa valla no era eléctrica".

1 comentario:

  1. Genial! Y ayer también, con el hijo que le salió al cura

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